Por lo general existen formas simples y rápidas de resolver algunas cuestiones básicas de comunicación. Sin embargo, si queremos resultados a largo plazo y favorecer la cultura organizacional de la empresa debemos confeccionar un plan estratégico de comunicación en el que estén muy bien definidos nuestros objetivos.
Cuando un directivo, gerente o dueño una empresa manifiesta todas las mejoras que hay que hacer en el área de comunicación puede, en una tormenta de ideas, decir que se puede resolver con un videito, un comunicado o abriendo una cuenta en alguna red social, por ejemplo. El error aquí consiste en proponer soluciones a un problemas que no conocemos porque no nos hemos detenido a analizar el entorno, evaluar y definir los objetivos. Debemos crear un plan estratégico de comunicación y tener claro la situación actual, hacia dónde vamos (objetivos), para luego sí, y solo sí, definir cómo lo vamos a lograr.
Defina los objetivos comunicacionales
La definición de esos objetivos de comunicación está sujeta al análisis previo de la situación interna y externa de la organización. Esto luego servirá para identificar y clasificar los factores más relevantes asociados sus debilidades, oportunidades fortalezas y amenazas (DOFA).
Esos objetivos pueden ser el lanzamiento de un producto o servicio, la realización de un proceso de transformación cultural, implementar procesos de cambio, mejorar la notoriedad y la imagen, incrementar el número de afiliados o votantes, entre muchos otros.
Vale la pena aclarar que esos objetivos deberán estar correctamente formulados y expresados por escrito. Además, como explica Andrés Aljure Saab en El plan estratégico de comunicación, tendrán que tener relación con la visión y la misión, ser específicos, cuantificables, medibles, contemplar un plazo de ejecución, ser realizables y tener asociado un público especifico.
Damián Genes / dgenes@caissa.uy
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